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Así Es La Venta Ilegal De Citas De Extranjería Juegan Con La Desesperación De La Gente

Âòîðíèê, 23 Ôåâðàëÿ 2021 ã. 03:42 + â öèòàòíèê

Así Es La Venta Ilegal De Citas De Extranjería: “juegan Con La Desesperación De La Gente”

Cuando Jorge (nombre falso) llegó a España desde Perú a mediados de septiembre para estudiar un máster en la Universidad Autónoma de Madrid, se pasó su primera semana en la capital tratando de resolver gestiones y trámites relacionados con la Universidad y el alojamiento. Lo ′normal’ en situaciones de este modo.

El joven tenía todo bajo control hasta el momento en que se encontró con la web de la Oficina de Extranjería, donde debía pedir “en un plazo de un mes” la Tarjeta de Identidad de Extranjero (TIE). Lo que absolutamente nadie le afirmó es que el sistema de turnos para tramitar la tarjeta le impediría una y otra vez solicitarla, y que después de un viaje errado a Cuenca tendría que terminar pagando sólo por la cita. , confirman desde el Ministerio de Política Territorial y Función Pública, del que depende la aplicación que gestiona las citas de Extranjería.

“Estuve casi un mes tratando de lograr citas: entraba a la página y no había horarios de ningún tipo. No había previsto que fuera tan complicado”, explica Jorge. “Por foros, comencé a averiguar y vi que aconsejaban probar algunos días a determinadas horas para buscar la cita. Decían que cada lunes entre las 7 y las 8 de la mañana abrían el sistema, con lo que ‘levántate a esa hora y trata de conseguirla’. Lo intenté, pero nunca encontré turno”, lamenta.

Enrique (nombre falso) se halló con exactamente la misma situación tratando de conseguir cita para su pareja en Barna. Fue “un follón, una movida” que les llevó a terminar pagando “unos 400 euros” a “pseudoabogados de pseudomafias” para lograr regularizar la situación de ella, que, como extranjera, precisa “una tarjeta de familiar de comunitario” para poder radicar en el país los próximos 5 años.

En el Ministerio de Política Territorial y Función Pública reconocen que el retraso en la concesión de turnos “es un problema que se ha venido produciendo” últimamente, y aseguran estar “trabajando en ello desde hace tiempo”. El Ministerio habla de “picaresca” y de “fraude”, sin detallar su origen, que prosigue siendo ignoto. “Hasta el CNI se ha metido en el asunto”, cuentan desde el Ministerio, y solo ha servido para descartar la presencia de bots que manipulen estas páginas. 

“Se ha detectado que hay gente refrescando todo el tiempo [la web de Extranjería] para lograr más citas. Esa gente se dedica a coger citas a mansalva para tratar de revenderlas luego”, explican. Y su objeto de extorsión son migrantes que desean regular sus papeles, renovar su permiso de vivienda, gestionar autorizaciones de trabajo, o bien estudiantes que precisan una tarjeta de identidad para continuar con sus estudios en España. 

“¿Tienes inconvenientes con tu cita? Te conseguimos una”

A Jorge, que entra en este último conjunto, no le quedó más antídoto que recurrir a “esa gente”. Pero ya antes, probó suerte en Cuenca, donde enseguida pudo sacar una cita. “Ya sabía que había una probabilidad de que no me aceptaran, pero tenía que intentarlo”, explica. Cuando Jorge preguntó en la comisaría de Cuenca, los funcionarios reconocieron que su historia no les pillaba por sorpresa, pero que si iba a vivir en Madrid no podían gestionarle allí la tarjeta. “No te preocupes, vas a localizar cita”, trataron de sosegarle. “Ve con la captura de que no hay citas y pon una queja en la Oficina de Migraciones, y seguramente te van a ayudar a solucionarlo”, le aconsejaron.

Jorge lo barajó como una alternativa, mas antes probó otra. Como ya se había hecho miembro de varios conjuntos de Facebook de estudiantes en la capital de España, intentó descubrir qué hacía la gente en su situación. “Busqué ahí y había muchos mensajes de ‘No consigo la cita’, así que imaginé que era más difícil de lo que parecía. asesoria de extranjeria Me preocupaba pues ya había pasado un mes y la vigencia de mi visa era de 3 meses; no sabía si luego podía salir de España o no. Uno de estos mensajes de Facebook decía: ‘¿Tienes inconvenientes con tu cita? Te logramos una’”, narra. 

Jorge contactó con uno de ellos, “al principio con temor, obviamente”. “Está claro que juegan con la desesperación de la gente”, sostiene. Lo intentó con el que le parecía “más formal”: “Tenía foto, tenía una presentación, era un bufete de abogados especializado en Extranjería. Creí que no podía ser tan malo”. “Hablé con ellos, me afirmaron que me podían conseguir cita por 100 euros. Me solicitaron una fotografía de los datos de mi pasaporte y me preguntaron para cuándo lo quería. Yo estaba desesperado, era mediados de octubre, ya había pasado el plazo del mes. Me dijeron que iban a tratar de conseguirme lo antes posible, mas que lo más probable es que no hubiera hasta enero. Les dije que hasta enero no podía esperar”, cuenta.    

Entonces vio que en otro comentario de los grupos de Fb, alguien daba su número de WhatsApp. Probó, “por si acaso”. “La persona, que jamás me afirmó su nombre, me preguntó para cuándo quería la cita. Le afirmé que cuanto más pronto posible, mejor. Me contestó: ‘Sí, creo que sí, que en una semana te lo conseguimos’. Por cincuenta euros”.

“No tenía más opción”, reconoce, y “por un tema de ahorro”, se resolvió a probar por la segunda. En “tres o bien cuatro días” y, para su sorpresa, a Jorge le llegó la cita mientras estaba en clase. Enseguida, recibió otro mensaje del ‘conseguidor’: “Confírmame que te ha llegado la cita y procedemos con el pago”. abogado extranjeria fuenlabrada

A Enrique el “tema de ahorro” no le sirvió para mucho. La suma que tuvo que abonar a unos “pseudoabogados”, como los describe, asciende a 400 euros. Y asegura haber visto por hasta 500 euros. “Una barbaridad”, lamenta. Él estuvo cerca de 3 meses “picando al F5″ [actualizando] la web de la Generalitat de Catalunya. Y nada. Harto de ver el mensaje “en este instante no existen citas disponibles; por favor, inténtelo más tarde”, se presentó con su pareja en la Oficina de Extranjería de Barcelona a primera hora de la mañana. Hicieron una cola que daba la vuelta a el rincón, cuenta, y les dijeron que precisaban cita anterior para cualquier trámite. La pescadilla que se muerde la cola.

Al fin, “un segurata” de la Oficina les explicó que, aunque no sea información pública, las citas se liberan un día determinado, y que probaran “el catorce de ese mes”. Ese día, temprano, se plantaron frente al computador. Y nada. “En menos de diez minutos se habían acabado las citas de los próximos cuatro meses”.

Sin darse por vencido, Enrique trató de registrarse en el , una plataforma “para la presentación de peticiones que no se ajusten a procedimientos administrativos ya contemplados en las correspondientes Sedes Electrónicas de las Administraciones Públicas”. Se pasó meses rastreando y, “a pesar de todo, no logré solicitar la cita”. “Cuando eres un particular es muy complicado acceder”, explica. La clave, para él, es que siendo abogado “sí tienes acceso a este registro y ahí puedes subir los documentos de alguien para que la Administración expida una cita”. “Pero claro, te cobran un pastón”, puntualiza Enrique. Fue entonces cuando él aceptó que por su cuenta “iba a ser imposible” conseguir esa cita.

Mediante el ingreso “en 2 pagos” de los 400 euros que les solicitaban, sí han logrado cita y, de manera previsible, su pareja tendrá su tarjeta de vivienda en los próximos días. Enrique prefiere no revelar su identidad ni la nacionalidad de ella porque, confiesa, se siente “un poco paranoico” y le “raya el tema de los abogados”. “Hasta que no esté todo hecho me da cosa; perdona”, se justifica. 

Jorge comprende perfectamente esta sensación. Hasta el momento en que no llegó el día de su cita, tampoco se quedó tranquilo: “Mi miedo era que esa persona me la cancelase, por el hecho de que tenía mis datos y el código de la cita”. “Se podía quedar con mi dinero y no sabía ni quién era”, asevera. “Pero todo fue supernormal luego”. El día de la cita Jorge salió con su tarjeta de extranjero en mano y, de nuevo, sorprendido pues la oficina de la capital de España “no estaba colapsada”, como pensó. “Sólo había dos o bien tres personas más además de mí”.

En el Ministerio de Política Territorial y Función Pública aseveran que el treinta por cien de las citas que se dan quedan desiertas pues no se presenta el solicitante, y esto se debe, precisamente, a que quienes se dedican a coger turnos “a mansalva” no llegan a revenderlos todos. “Somos muy siendo conscientes del problema y nos lo estamos tomando muy en serio”, afirman. 

“La aplicación que administra las citas ha sido auditada por el CNI para contrastar que no se generan accesos fraudulentos a través de bots y esto ya se descartó”, repiten en el Ministerio. Desde ese momento, apuntan, han puesto en marcha varias medidas para “resolver el problema de la forma más eficaz”: las citas “ya no se liberan a una misma hora para eludir el colapso de ordenadores y el fraude de personas que acceden continuamente”, se ha limitado el número de veces que se puede coger cita mediante un mismo PC y “se está primando el acceso por vía telemática y los trámites no presenciales”.

Además, “para eludir la picaresca, la aplicación de cita anterior incorpora el envío de un código de verificación por mail a quien está procurando reservar una cita”, añaden.

Por el momento, el inconveniente sigue ahí. Quién sabe si en cinco años, cuando la pareja de Enrique tenga que volver a pedir vez para conseguir la vivienda permanente y así evitar convertirse “en ilegal de la noche a la mañana”, la picaresca haya dejado de estar por encima de la ley.


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