7 pequeños cambios que marcaran la diferencia con tu agapornis personata - 9 - 64-61 |

El agapornis es un tipo de ave que pertenece a la familia de los Psittaculidae, vulgarmente, ciertos los llaman las aves “inseparables”. En verdad, su propio nombre viene de la nuevo de la palabra griega ágape, que significa amor o rosicolli afecta, y ornis, que significa ave.
Dado que el macho y la hembra de agapornis son inseparables, pasan bastante tiempo juntos, se arreglan las plumas el uno al o bien otro o bien se acurrucan juntos, es un nombre que le viene muy bien.
La forma fisica de los agapornis es bastante especial. Se trata de loros pequeños, con un total de nueve especies, cuyo tamaño está comprendido entre los trece y dieciseis cm, según que especie. Sus plumajes son muy coloridos y resaltan por su cola corta.
¿De qué forma suele ser el comportamiento de un agaporni?
Los agapornis acostumbran a ser animales bastante confiables con el humano, si bien mucho más con lo de su especie y otras aves. En general no suele ser un animal violento ni que suela agredir, salvo que sea sienta muy conminado. Existen una serie de pistas que ayudan a conocer cuál es el estado anímico del ave.
¿Cuánto vive un agapornis?
Es buena pregunta. La verdad es que la esperanza de vida de estas aves no cambia en base la especie, sino más o menos todas y cada una acostumbran a vivir lo mismo. Además de esto, es una de las especies de aves más longevas.
El tiempo de vida medio es de unos doce años, pero con un buen cuidado, estas aves pueden llegar a vivir los quince años sin problemas siempre que se les haya alimentado bien y el dueño le haya dado los cuidados convenientes. No es algo difícil, puesto que el animal solo requiere de unos 20 minutos de atención al día.
¿Cómo saber si un agaporni es macho o hembra?
Todo el planeta afirma que lo mejor es mirar los órganos genitales del ave para cuanto te preguntas cómo saber si un inseparable es macho y hembra, puesto que los huesos de la pelvis del macho están más juntos al tiempo que los de la hembra están separados y son redondeados, lo que permite que pueda poner los huevos. Mas existen otras pautas que asisten a saber el sexo del ave.
Por ejemplos, al revés que en otras especies, las hembras acostumbran a ser más grandes que los machos, debido a la dura labor de poner los huevos. La cabeza de las hembras suele ser redondeada y con el pico más grande, al paso que los machos tienen una cabeza más uniforme y un pico pequeño. Las hembras acostumbran a ser más beligerantes y territoriales con otras aves que los machos.
¿De qué forma se puede lograr la confianza de un agapornis?
Muchos van a ver vídeos en Internet dónde los dueños llevan reposadamente a sus agapornis del hombro o en su mano. Esto no es una cosa que se consiga del día a la mañana. Requiere de bastante tiempo de trabajo y paciencia para que el ave coja confianza con su dueño.
Al comienzo lo mejor es mantener un tanto las distancias. El ave al estar encerrado en una jaula, sin tener nada de libertad, se va a sentir un tanto triste. Además de esto, se encontrará en un ambiente que no conoce, lo que lo pondrá un tanto inquieto. De forma que, durante los primeros días hay que evitar tocarlo o procurar cogerlo a toda costa.
Pasados un par de días es cuando hay que empezar a intentar ganarse la confianza del ave. Para ello lo mejor es que la jaula esté ubicada en una sala dónde se haga bastante vida social, como un salón o un comedor. Poco a poco hay que acercarse a la jaula y pronunciar su nombre, para que se vaya habituando a la palabra. Pero si se aprecia que el animal evita el contacto lo mejor es dejarlo estar. Poquito a poco el animal se irá acercando al dueño a reconocerlo. Mas todavía no va a estar listo para dejarse tocar.
Va a llegar un instante en el que el animal no se asustará al ver a su dueño acercarse a la jaula. En un caso así hay que intentar comenzar a darle comida directamente de la mano, sosteniendo la cama en todo instante. Al principio el animal es posible que dude en acercarse, mas poco a poco lo va a hacer. Quizá no se consiga a la primera, mas lo acabará haciendo.
Cuando ya se consiga que coma sus “snacks” de la mano, es el instante de empezar a intentar que el agapornis se suba al dedo. Para esto hay que tocar sutilmente su abdomen, dándole un ligero empujón para animarlo a subirse. Es posible que se baje enseguida, por lo que en ese momento hay que dejarlo estar y volver a probarlo al día siguiente. Al poco tiempo se acostumbrará a subirse al dedo, y entonces va a ser el instante de sacarlo de la jaula con mucho cuidado. Es esencial que la habitación esté cerrada, pues no es extraño que el ave intente salir a explorar lo que le rodea.
La jaula, ¿de qué forma tiene que ser?
La jaula, el hogar de tu agapornis, no puede ser de cualquier manera. Hay que comprar una jaula que sea de buena calidad, a fin de cuentas, será dónde viva el ave a lo largo de toda su vida.
Empecemos por el tamaño. Se suele decir que “cuánto más grande mejor”, mas tampoco hay pues “irse a lo más grande”. Para una pareja, por servirnos de un ejemplo, la jaula tendría que ser de 1 metro de largo, 0,5 metros de ancho y 0,5 metros de alto.
Con lo que para el caso en el que se va a tener una sola tiene que ser una jaula de 0,5 metros de largo y 0,47 metros de alto y de ancho. Mas lo mejor es que sea una pensada para 2 aves, por el hecho de que de esta forma el agapornis tiene suficiente espacio para volar. Además de esto, las jaulas siempre tienen juguetes y otros entretenimientos dentro, por lo que se acaban haciendo pequeño.
La forma de la jaula es tan importante como el tamaño. No ha de ser redonda, en tanto que esto les provoca inseguridad al no tener un punto de referencia con el que sentirse tranquilos, pues todos y cada uno de los puntos de la jaula son iguales. Tampoco tiene que ser una jaula con forma de casita, en tanto que al estar fabricadas en su mayoría por plástico, esto imposibilita que puedan escalar por las paredes. Conque, la opción mejor es una jaula cuadrangular con barrotes horizontales para que se puedan sujetar con las patas o bien el picos. La distancia entre los barrotes no debe ser de más de uno con cinco cm, evitando así que puedan meter la cabeza entre ellos y morir por asfixia.
Cuando menos la jaula debe tener 2 puertas, una para que se les pueda regentar el agua y el alimento, mientras que la otra será para que tengan un nido en el exterior si se fuera dedicar a la cría o para que el ave pueda salir a estirar las alas cuando lo desee. Los comederos es mejor que se rellenen desde el lado de fuera, pues si se hacen por la parte interior se les puede dar una senda de escape de la jaula. Con el agua sería lo mismo, comprando un tubo de plástico con el que pueda beber el animal, especialmente en verano.
Existen muchos debates sobre la reja inferior en las jaulas de los agapornis. Es cierto que si está no existe, es más fácil de adecentar, pero asimismo hace que estos animales coman la comida que se les haya caído al suelo, la cuál puede estar contaminada por sus heces, lo cuál no es nada recomendable.
En el fondo de la jaula para agapornis hay que poner algo que permita que sea simple de adecentar, como papel de cocina o de periódico, así como tierra especial para aves o bien maíz triturado. No hay que usar nunca tierra para gatos, puesto que su poder de absorción podría secar el buche del ave ni tampoco utilizar papel perfumado.
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