16 razones para confiar en la cria de agapornis - 2 - 54-43 |

El agapornis es un tipo de ave que pertenece a la familia de los Psittaculidae, vulgarmente, algunos los llaman las aves “inseparables”. En verdad, su nombre viene de la nuevo de la palabra griega ágape, que significa amor o bien afecta, y ornis, que significa ave.
Dado que el macho y la hembra de agapornis son inseparables, pasan bastante tiempo juntos, se arreglan las plumas el uno al o bien otro o se acorrucan juntos, es un nombre que le viene muy bien.
La manera fisica de los agapornis es bastante especial. Se trata de papagayos pequeños, con un total de 9 especies, cuyo tamaño está comprendido entre los trece y dieciseis cm, conforme que especie. Sus plumajes son muy coloridos y destacan por su cola corta.
¿De qué forma suele ser el comportamiento de un agaporni?
Los agapornis suelen ser animales bastante fiables con el ser humano, aunque mucho más con lo de su propia especie y otras aves. Por lo general no acostumbra a ser un animal violento ni que suela atacar, a menos que sea sienta muy conminado. Existen una serie de pistas que asisten a conocer cuál es el estado de ánimo del ave.
¿Cuánto vive un agapornis?
Es buena pregunta. La verdad es que la esperanza de vida de estas aves no varía en base la especie, sino que aproximadamente todas suelen vivir lo mismo. Además, es una de las especies de aves más longevas.
El tiempo de vida medio es de unos doce años, mas con un buen cuidado, estas aves pueden llegar a vivir los 15 años sin problemas siempre y cuando se les haya alimentado bien y el dueño le haya dado los cuidados convenientes. No es algo difícil, puesto que el animal solo precisa de unos 20 minutos de atención al día.
¿De qué forma saber si un agaporni es macho o hembra?
Todo el planeta afirma que lo mejor es mirar los órganos genitales del ave para cuanto te preguntas de qué forma saber si un inseparable es macho y hembra, pues los huesos de la pelvis del macho están más juntos mientras que los de la hembra están separados y son redondeados, lo que deja que pueda poner los huevos. Pero hay otras pautas que asisten a saber el sexo del ave.
Por ejemplos, a la inversa que en otras especies, las hembras acostumbran a ser más grandes que los machos, debido a la dura labor de poner los huevos. La cabeza de las hembras suele ser redondeada y con el pico más grande, al tiempo que los machos tienen una cabeza más uniforme y un pico pequeño. Las hembras acostumbran a ser más violentas y territoriales con otras aves que los machos.
¿De qué manera se puede lograr la confianza de un agapornis?
Muchos verán vídeos en Internet dónde los dueños llevan tranquilamente a sus agapornis del hombro o bien en su mano. Esto no es una cosa que se logre del día a la mañana. Requiere de mucho tiempo de trabajo y paciencia para que el ave coja confianza con su dueño.
Al comienzo lo mejor es sostener un poco las distancias. El ave al estar encerrado en una jaula, sin tener nada de libertad, se sentirá un poco triste. Además de esto, se hallará en un ambiente que no conoce, lo que lo pondrá un poco inquieto. De forma que, a lo largo de los primeros días hay que eludir tocarlo o procurar cogerlo a toda costa.
Pasados un par de días es cuando hay que comenzar a intentar ganarse la confianza del ave. Para esto lo mejor es que la jaula esté ubicada en una sala dónde se haga bastante vida social, como un salón o un comedor. Poquito a poco hay que acercarse a la jaula y vocalizar su nombre, a fin de que se vaya acostumbrando a la palabra. Mas si se nota que el animal evita el contacto lo mejor es dejarlo estar. Poquito a poco el animal se irá acercando al dueño a reconocerlo. Pero aún no va a estar listo para dejarse tocar.
Va a llegar un instante en el que el animal no se asustará al ver a su dueño acercarse a la jaula. En ese caso hay que intentar comenzar a darle comida de forma directa de la mano, sosteniendo la cama en todo momento. Al comienzo el animal es posible que dude en acercarse, mas poco a poco lo hará. Quizá no se logre a la primera, pero lo acabará haciendo.
Cuando ya se consiga que coma sus “snacks” de la mano, es el instante de comenzar a intentar que el agapornis se suba al dedo. Para ello hay que tocar sutilmente su abdomen, dándole un ligero empujón para animarlo a subirse. Posiblemente se baje enseguida, con lo que en ese instante hay que dejarlo estar y volver a probarlo al día siguiente. Al poco tiempo se acostumbrará a subirse al dedo, y entonces va a ser el instante de sacarlo de la jaula con sumo cuidado. Es esencial que la habitación esté cerrada, puesto que no es extraño que el ave intente salir a explorar lo que le rodea.
La jaula, ¿de qué forma debe ser?
La jaula, el hogar de tu agapornis, no puede ser de cualquier forma. Hay que comprar una jaula que sea de calidad, a fin de cuentas, va a ser dónde viva el ave durante toda su vida.
Comencemos por el tamaño. Se acostumbra a decir que “cuánto más grande mejor”, mas tampoco hay porque “irse como mucho grande”. Para una pareja, por servirnos de un ejemplo, la jaula debería ser de 1 metro de largo, 0,5 metros de ancho y 0,5 metros de alto.
Por lo que para el caso en el que se tendrá una sola tiene que ser una jaula de 0,5 metros de largo y 0,47 metros de alto y de ancho. Mas lo mejor es que sea una concebida para 2 aves, por el hecho de que de esta forma el agapornis tiene suficiente espacio para volar. Además de comprar inseparables papilleros esto, las jaulas siempre y en toda circunstancia tienen juguetes y otros entretenimientos dentro, con lo que se acaban haciendo pequeño.
La manera de la jaula es tan importante como el tamaño. No ha de ser redonda, puesto que esto les provoca inseguridad al no tener un punto de referencia con el que sentirse apacibles, pues todos los puntos de la jaula son iguales. Tampoco debe ser una jaula con forma de casita, en tanto que al estar fabricadas en su mayor parte por plástico, esto imposibilita que puedan escalar por las paredes. Así que, la opción mejor es una jaula cuadrangular con barrotes horizontales a fin de que se puedan sujetar con las patas o el picos. La distancia entre los barrotes no ha de ser de más de uno con cinco cm, evitando así que puedan meter la cabeza entre ellos y fallecer por ahoga.
Por lo menos la jaula tiene que tener 2 puertas, una a fin de que se les pueda dirigir el agua y la comida, al tiempo que la otra será a fin de que tengan un nido en el exterior si se fuera dedicar a la cría o para que el ave pueda salir a estirar las alas cuando lo desee. Los comederos es mejor que se rellenen desde el lado de fuera, pues si se hacen por la parte interior se les puede dar una ruta de escape de la jaula. Con el agua sería lo mismo, comprando un cilindro de plástico con el que pueda beber el animal, en especial en verano.
Hay muchos debates sobre la reja inferior en las jaulas de los agapornis. Es cierto que si está no existe, es más simple de limpiar, mas asimismo hace que estos animales coman el alimento que se les haya caído al suelo, la cuál puede estar contaminada por sus heces, lo cuál no es nada aconsejable.
En el fondo de la jaula para agapornis hay que poner algo que deje que sea simple de limpiar, como papel de cocina o de periódico, así como tierra singular para aves o bien maíz triturado. No hay que usar nunca tierra para gatos, pues su poder de absorción podría secar el buche del ave ni tampoco usar papel perfumado.
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