El Colapso De Las Comisarías Bloquea Los Trámites De Los Ciudadanos Extranjeros |
Los inmigrantes en España enfrentan una carrera de obstáculos para formalizar sus papeles. A las , se aúna el colapso de las comisarías que solo atienden presencialmente y a través de citas anteriores. Lograrlas supone, en el caso de la villa de Madrid y Barcelona, pasar semanas entrando cientos y cientos de veces en la web o pagar entre veinte y doscientos euros por un servicio que habría de ser gratis. “¡No posiblemente en mi despacho, uno de los más grandes de España, estemos en turnos de veinticuatro horas frente a un ordenador buscando citas!”, exclama el directivo de la asesoría Legalteam, Guillermo Morales Catá. “Tenemos cientos de clientes pendientes de una data para la toma de huellas. Encontrando una al día, ¿cuánto tardaríamos en dar salida a todos?”, cuestiona.
La reanudación de los trámites presenciales tras el fin del estado de alarma ha vuelto a sobrepasar la capacidad de la Policía para atender a los extranjeros. Con miles de trámites amontonados y la capacidad para gestionarlos mermada por las demandas de distanciamiento físico, el negocio de las citas anteriores vuelve a estar en auge. Se venden en despachos, locutorios y hasta en Wallapop. “Llevaba doce años en España sin papeles y por fin conseguí mi permiso, mas estaba preocupado por el hecho de que solo tenía 30 días para registrar mis huellas y terminé pagando cincuenta euros. Juegan con la desesperación de la gente”, cuenta el salvadoreño Abraham desde Barna.
El sol queja fuerte en la comisaría general de extranjería de Aluche, en la villa de Madrid, un edificio amarillo de ventanas azules en mitad de la nada. Bordeando el gran complejo hay estos días cientos de personas que aguardan colas de varias horas con la única sombra de una parada de autobús. Hay 34 grados, no hay donde comprar agua, pero sí un seguro de salud que ofertan un par de comerciales a lo largo de la espera. Los policías inspeccionan la cola de cuando en cuando dando instrucciones y despejando las preguntas de los inmigrantes de forma ramplona.
“Intenté lograr mi cita todos los días desde el 21 de junio, cuando se retomaron los trámites, hasta el día de ayer [por el martes], que me metí en la página web ciento cincuenta y tres veces. Y a la 154 lo conseguí”, describe en la cola Noelia Pinto, una hondureña de 35 años que necesita imprimir sus huellas para renovar su permiso de residencia. Tras la gestión aguardará cerca de cuarenta días hasta el momento en que su nueva tarjeta esté lista y para retirarla tendrá que pedir vez. Otra vez. La situación sería impensable si se tratase de sacar el documento de identidad, En España hay más de 5 millones de extranjeros, según el Instituto Nacional de Estadística, un 63 por cien de fuera de la UE.
La Policía asume en unas 150 comisarías de toda España los 2 trámites fundamentales para los extranjeros que concentran el mayor número de protestas recibidas por este periódico en las últimas dos semanas. Se trata de la toma de huellas, sin la que no se expide la tarjeta de vivienda, y la recogida de esa tarjeta. Ninguna de esas gestiones funciona con normalidad. telefono cita extranjeria La Policía tampoco está consiguiendo asumir las demandas de miles de solicitantes de asilo pendientes de hacer la entrevista para formalizar su solicitud. la capital de España y Barcelona sufren los mayores colapsos, conforme los abogados consultados. El Gobierno, forzado por la pandemia, en las oficinas de extranjería, pero los trámites que asume la Policía, con unos recursos limitados, es inexcusablemente presencial.
En la comisaría de extranjería de Gràcia, en Barna, la situación se repite. Caras de inseguridad, sofocación y frustración. Cincuenta de personas espera en fila con sus mascarillas. El sacerdote Rudolph Makunge, de treinta y ocho años, lleva desde febrero procurando obtener una cita para la toma de huellas. La consiguió, por fin, para el pasado 18 de marzo, pero se anuló y prosigue sin poder conseguir una nueva. “Estoy buscando ayuda por el hecho de que no sé qué hacer. Intento todos los días”, especifica Makunge, que emigró desde Tanzania. Cree que aquellos con citas canceladas durante el confinamiento “deberían tener prioridad” en el trámite. A unos pasos, un joven se aproxima a uno de los guardas de seguridad. Le demanda que no haya citas. “Es mentira, hay 50 por día. Hay que tener un tanto de paciencia. O bastante”, responde el agente. La atención presencial está limitada, los funcionarios siguen trabajando desde casa y se intenta administrar la demanda desde una sola ventanilla. Las dudas, por e mail.
“Hace falta habilitar más oficinas. Hay una falta brutal de personal y se mantiene un modelo en el que la Policía está haciendo tareas de documentación cuando podrían asumirlas personal administrativo”, sostiene Fernando García Castro, secretario general de CC OO en el Ministerio del Interior. cita huellas extranjeria “Falta personal, pero también más eficiencia en la gestión”, afirma Francisco Solans, portavoz de la Asociación de Abogados Extranjeristas. “Se puede asignar una cita automáticamente con la resolución de concesión de la vivienda, se puede evitar la toma de huellas en renovaciones porque ya están en la base de datos y asimismo se podría dar la tarjeta a un representante y sin precisar cita, pero la obsesión de Interior por el control no lo permite”, agrega Solans. El Ministerio del Interior no ha respondido a las preguntas de este diario.
Sin la tarjeta de vivienda en vigor en mano , no se puede viajar en general y se complica firmar un contrato con empleadores que no se fían si no ven el documento físico. “El papel en el que afirma que nos dan la residencia no lo acepta absolutamente nadie, quieren la tarjeta”, lamenta Luz Marina Rangel, una venezolana de 54 años, agobiada por un trabajo. La mujer se encomienda a Dios por el hecho de que lleva desde finales de junio intentando recobrar su cita cancelada por la pandemia. “Esto es atroz para nosotros”, lamenta frente a la comisaría mientras que espera a una amiga. “Ella pagó veinte euros por la cita, mas a otra amiga desearon cobrarle 200. Yo no tengo trabajo y no me lo puedo permitir conque prosigo intentándolo con el favor de Dios”. “Si la Administración administra mal las cosas hay gente que se aprovecha”, sostiene Morales Catá, de Legalteam. “¿Tú te imaginas que esto pasara con los españoles?”.
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